Twittear
Por: Diana Angel
@lady_shat
Hace algunos años sería
impensable el hecho de compartir información de interés cultural por un
teléfono celular o una tablet,
incluso el hecho de poder visitar un museo de manera virtual ubicado a miles de
kilómetros de nuestros hogares.
Hoy en día todo eso es posible y
es que la tecnología se ha convertido en un estilo de vida convirtiéndose en un
gran apoyo para mantenerse informado de acontecimientos ocurridos alrededor del
mundo en cuestión de segundos. Incluso, se tiene cierta confiabilidad en las
hoy llamadas “redes sociales digitales”, y se ha planteado a este tipo de
comunicación como una forma de cohesión intelectual entre similares.
Prueba de ello es Twitter, en
donde se esbozan mensajes breves con información relacionada a nuestros gustos,
intereses y formas de vida. Incluso, si se desea conocer alguna exposición,
concierto o evento cultural, lo ideal es consultar los múltiples mensajes de
los recintos culturales, periódicos o de personas que fungen como promotores
culturales virtuales.
Imagen de: swalif.net |
Sin embargo, y a pesar de que se
cuenta con este tipo de herramientas, falta mucho por hacer. Si bien es cierto
que un grupo de personas se enteran de los sucesos culturales a través del
Internet, es complejo el proceso de hacer difusión: despertar un interés,
comprometer al individuo interesado en asistir y que finalmente lo haga, no es
una tarea fácil.
Quizás esta situación se deba al
tiempo de desplazamiento que esto acarrea. Siendo la Ciudad de México, una de
las urbes más transitadas en todo el mundo, el ritmo de vida de sus habitantes
pareciera tan corto que en lo último que se piensa es en asistir a una
exposición o un concierto de música. Sin embargo, este fenómeno pudiese
obedecer al imaginario del ocio y tiempo libre de cada individuo. Por lo tanto,
el reto de las instituciones culturales no sólo queda en el hecho de establecer
una oferta que a su parecer, es necesaria, sino también lograr un esquema de
redes y comunicación eficiente para llevar esto a cabo.
La creación de nuevos públicos
¿Cuántas veces has ido a
disfrutar de un concierto y te encuentras con las mismas personas?, ¿acaso es
que la información llega sólo a unos cuántos?, ¿te has dado cuenta que existe
una concentración de recintos culturales en el centro y sur de la ciudad de
México?. Esta situación no es por nada novedosa. Sin embargo, llama la atención
la aglutinación de espacios en donde se consumen productos culturales.
Anteriormente eran pocos los inmuebles dedicados a obras de teatro,
presentación de exposiciones independientes o bibliotecas en otras partes de la
ciudad. Esto ha ido cambiando poco a poco. Prueba de ello sería el Centro
Cultural Universitario de Tlatelolco o el Centro Cultural Futurama de
Lindavista, ambos espacios creados de forma reciente para acercar a la
población existente en el norte de la ciudad con una oferta que va desde cursos
de idiomas hasta obras de teatro.
Imagen de: littlebigvoice.blogspot.mx |
Entonces, si tenemos espacios con
la infraestructura necesaria para llevar a cabo eventos culturales, ¿porqué
entonces muchas personas no asisten?, ¿alguna vez escuchaste decir “es que no
hay mucha difusión y no me entero”, aún y cuando se cuenta con un área de
difusión y se imprimen folletos?.
Me parece entonces aquí
indispensable lo siguiente:
- Diálogo
entre instituciones y promotores culturales: Debido al grado de especialización
en ciertos grupos de intelectuales, la información de cómo debería ser la
difusión cultural permanece en una publicación conocida sólo por gente del
gremio no siendo así, difundida entre la población menos especializada. Ante
esta situación, el promotor cultural tiene la oportunidad de acercar por
diversos medios las actividades culturales que se llevarán a cabo por
colectivos, teatros, museos y otras instituciones de carácter cultural, además
que éste, tiene la facultad y los contactos necesarios para que ésta labor se
lleve a cabo.
- Reconocimiento
de la figura del promotor cultural: Las instituciones culturales deberán
reconocer y materializar un incentivo a los promotores culturales pues son
éstos, los portavoces y encargados de mantener la información de primera mano en
relación con las actividades de la ciudad. Por desgracia, no se cuenta con una
política pública que destaque esta labor.
- Acercamiento
a las nuevas tecnologías: Increíble pero lo cierto es que falta mucho por hacer
en materia de capacitación y manejo de nuevas tecnologías en instituciones
culturales. A pesar de que se han sumado poco a poco diversas instituciones al
cambio tecnológico, aún no es suficiente el interés por parte de jóvenes y
niños a los inmuebles que ofertan diversas actividades.
Imagen de: nnttnuevastecnologiaseducacion.blogspot.mx |
- Facilidad
y acceso a la creación de actividades culturales. Es un hecho que son cada vez
más, los jóvenes que deciden emprender un proyecto cultural. Sin embargo, al
momento de tocar puertas en apoyo a los mismos, uno se encuentra con algunos
inconvenientes como por ejemplo el costo elevado por concepto de renta del espacios. Si un emprendimiento cultural busca sostenibilidad en cuanto a lo económico se refiere, ¿cómo podrá ser posible si el presupuesto para la renta de inmuebles excede los márgenes establecidos?. Me parece entonces que es una de las áreas de oportunidad que se deben trabajar si se desea apoyar a
las actividades culturales.
A tu parecer, ¿cuáles son las
áreas de oportunidad que se deben considerar en cuanto al tema de la difusión
cultural en México?
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